
En el último artículo sobre la motivación en un equipo, explicamos qué teníamos que tener en cuenta para que nuestros jugadores estuvieran motivados. Si no lo has visto, haz click aquí.
¿Pero cómo lo hacemos?
1. Autonomía:
Para generar autonomía en nuestros jugadores, el primer paso es darles espacio para tomar la iniciativa y trabajar de forma independiente. Un ejemplo de ello son los calentamientos: los calentamientos que vemos por la televisión antes de un partido, no consisten solamente en las ruedas de entradas y ejercicios de tiro programados. Antes de esto, los jugadores han tenido su espacio para calentar libremente, lo que lejos de ser una pérdida de tiempo les supone un espacio para concentrarse y activarse para el partido.
Otra forma es darles voz y opinión (siempre dentro de unos límites) y mostrar interés por sus puntos de vista. Un ejemplo de ello es el citado en el artículo anterior, donde hablábamos de entrenadores como Steve Kerr o Greg Popovich que ceden su pizarra a sus jugadores de vez en cuando para que se inventen la siguiente jugada.
Y en tercer lugar, es importante explicar a nuestros jugadores el por qué de las tareas y normas de pista que planteamos (ocupación de espacios, normas defensivas…). Así les liberamos de la sensación de ser controlados y de que solo juegan a lo que nosotros queremos.
2. Relación:
Satisfacer la necesidad psicológica básica de relación se hace un poco más complicado dado que entraríamos en temas como la cohesión de grupo, pero para empezar, os recomendamos los siguientes puntos:
- Invertir tiempo y energía en los jugadores más allá del trabajo de pista: Esto va a generar a que los jugadores se sientan cuidados y con ganas de darlo todo en la pista. Ejemplos de entrenadores que se plantan en las habitaciones de hotel de sus jugadores para charlar con ellos hay muchos, como es el caso de Phil Jackson con los Bulls de Michael Jordan.
- Interactuar con los jugadores de forma cálida y cercana, mostrando interés en ellos: Este punto es muy importante y muy valorado por los jugadores. Os invitamos a ver la dedicatoria del salón de la fama de Tim Duncan, donde habla sobre Gregg Popovich acerca de este tipo de relación:
3. Competencia:
Para satisfacer la necesidad de competir de los jugadores, lo primero es tener en cuenta lo que ya insinuamos en el artículo anterior: no es tan importante si realmente son competentes o no, sino que ellos lo sientan como tal, ya que eso les va a motivar para trabajar lo suficiente para acabar siendo competentes de verdad.
Así pues, el primer paso para ello es marcarles pequeños objetivos en base a sus capacidades, para irlos consiguiendo a su ritmo.
Lo segundo, es tener en cuenta el tipo de feedback que le damos al jugador, que debería ser preferentemente positivo. A este respecto, el entrenador Jota Cuspinera ha hablado en más de una formación, del efecto que tuvo el feedback positivo en Rolands Šmits, actual jugador del FC Barcelona: las primeras semanas de entrenarlo, el jugador parecía que involucionaba como resultado del feedback negativo, y tras cambiar el tipo de feedback el jugador empezó a mejorar. Aunque todo ello no implica que no tengamos que decir a nuestros jugadores que hacen algo mal para corregirlo.
En definitiva, si quieres que todos tus jugadores estén motivados a lo largo de la temporada, ¡sólo tienes que satisfacer estas 3 necesidades psicológicas básicas tal y como te lo proponemos!
Ahora tu turno, ¿Qué otra clave crees que es esencial para mantener a tu equipo motivado?
Graduado en psicología por la Universidad de Barcelona y máster en psicología del deporte y de la actividad física por la UAB; con menciones honoríficas en psicología clínica y en ética y deontología, así como menciones con excelencia en iniciación deportiva e intervención en psicología del deporte, entre otros.
Experiencia con deportistas en competiciones europeas, de selecciones nacionales y semiprofesionales, así como con otros entrenadores y familias en el deporte amateur.